Algún día volver a comer sushi
Se sentó en la mesa del comedor y miró para afuera. Decidió escuchar los pajaritos que cantaban en la plaza. El sonido de los pajaritos la hace feliz. Lo sabe porque le recuerda a su hogar. Lo sabe porque aquel día a las 6 de la mañana, se dio cuenta de que los motores tapan la belleza constante sonante de la naturaleza. Extrañó su hogar. La llamó su compañera de casa y le preguntó si quería jabón para lavar la ropa, que se estaba terminando. ¿Cómo se va a estar terminando? pensó. Su compañera usa demasiado jabón, pero al mismo tiempo, es la que más lava la ropa. Por esto no sé cuánto jabón queda, se dice a si misma. Convivir. Hace otra cosa que es sacar los pelos de la rejilla del baño y lo tira en el water pero no los descarta. Siempre quedan bollando los pelos porque ella no lo descarta. Qué asco hacer pichí arriba de pelos enmarañados, pensó, tengo que hablar con mi compañera. Qué asco. Qué asco no tener nada para hacer. Qué asco ser una sedentaria. Qué asco no darse tiempo para si...