As de picas
Sostuvo la carta con su mano. Era la misma carta. Él lo sabía incluso antes de darla vuelta. Había sacado una vez más el As de picas. No puede ser, se dijo. Pensó en dejarlo todo por ahí, debía de ser un truco de todos los magos chantas; utilizaban la misma carta para engañar a la gente y él había caído nuevamente. Pero algo aún no le cerraba. Observó al mago, que tomó su carta con la mano izquierda y W percibió como la miraba de reojo para barajarla nuevamente en el mazo. En ese preciso instante, sus ojos se encontraron por un segundo antes de que el supuesto mago se pusiera la capucha gris, tomara la billetera del bolsillo de el buzo de W y saliera corriendo hacia el bosque. La puta madre, pensó W que echó a correr con toda la velocidad que le daban sus piernas. Hacía años que no salía a correr y estaba fuera de forma, pero también sabía que en casos de necesidad afloran las habilidades que no se saben que se tienen. Corrió, saltó, esquivó ramas, árboles troncos arbustos, estaba a pu...