Decidir
¿Cuándo comienza la vida ideal? O mejor dicho ¿Cuándo comienzan los pasos que nos llevan hacia ella? Hay algo que me dice que hay más, que hay otra manera de vivir y para ello, tengo que tomar ciertos pasos hacia. Pero a la vez ¿Dónde está la organicidad? Si hago lo que pienso que sería adecuado para mi, más allá de que no sea mi primer impulso y me tenga que obligar a hacerlo, sería ser consecuente con el sentir? Y acá me quedo girando en un bucle eterno entre el sentir y el pensar, como si fueran cosas separadas. La verdad es que aún no lo se si lo son, se que el cuerpo siente y que la mente se encarga de decodificar que es eso que pasa, o así lo vivo.
Mi sentir, por momentos, es más racional de lo que quiero que sea. Esta sería una cosa o a entender o a intentar lentamente modificarlo, porque debe ser interesante sentir sin códigos, sin precauciones, sin barreras. Y no hablo sólo de amor romántico, hablo del enojo, de la tristeza, de la furia, de la felicidad y de los miles de otros amores que existen por ahí.
En esto de tomar decisiones, situación en la que me encuentro constantemente desde que tomé el primer avión, me voy sintiendo mejor en la sorpresa de mi misma. Pensé que iba a tener más claras las cosas o que iba a ser más consecuente con lo que en mi mente estaba bien. Todo eso de cuidarse, respetarse a una y al entorno. Pero a veces quiero relajarme, porque si no, todo se vuelve demasiado pesado. A veces seguir mis ideas que van un poco en contra de lo que quieren les demás se vuelve pesado. Y ahí me encuentro con el querer que me quieran, ser coherente como ser humano e intentar dañar a la menor cantidad de gente posible.
L es una nueva amiga que no tiene muchos filtros y lo digo en el mejor de los sentidos. Es políticamente incorrecta y me parece fascinante, porque lo vive con la libertad de quien entiende que su palabra es una más, modificable y valiosa a la vez. Ella cree que es una people pleaser y me da gracia, porque si lo es, pero al mismo tiempo ni se acerca a serlo. Tengo la suerte de que me haya dicho un montón de cosas de lo que ve en mi sin que yo se lo pida. Me ha dicho que soy comunista como sus padres y que transmito seguridad en mi misma. Que soy moralista en un buen sentido, directa con lo que pienso y eso me hace atractiva e interesante, porque tengo mis propias ideas y me muevo a mi propio ritmo.
Encontrarse con las percepciones de quienes te conocen por primera vez son también una forma de autodescubrimiento. Agradezco porque confirmo algunas cosas que ya creía de mi y otras nuevas que no sabía que daba a entender, y no lo digo porque me haya dicho ella, si no por otros comentarios o percepciones que recibí en este mes y medio. De todos modos, como buena sagitariana que soy, para mi lo más lindo que me dijo L es que parecía libre y en esa libertad, dando el espacio para que otres lo sean también. Me quedo con esto, con que poder decidir es libertad y celebro la autenticidad que nos hace interesantes.
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