Desearía estar allá para poder elegir
Hoy son las elecciones y se enciende con fuerza el deseo de estar en Colonia Valdense comiendo un asado con toda mi familia. Quiero aclarar que solo una pequeña parte es porque ahora como carne y se que mi papá me espera con el mejor asado que ha hecho jamás. Me fascina todo el ritual del día del sufragio. Cuando era una niña, el domingo de las elecciones era el momento en el que podíamos compartir todes juntes, mis tías volvían al pueblo y se esperaba saber los resultados con un mate de te y las galletitas del frasco de la abuela. En esos momentos no existían las diferencias políticas partidarias entre nosotres, pero porque nosotres no teníamos ninguna.
Tengo el recuerdo de mi mamá preguntando si podía entrar conmigo al cuarto oscuro para enseñarme como se hacía y yo no quise mirar que papeleta ponía porque era secreto. Cuando salió mi padre, me dijo que había puesto uno de cada uno esperando dejarlos a todos contentos, nos reímos. Yo no entendía mucho, pero sabía que eso era un voto anulado aunque ignoraba su significado. No sabía que votaban mis xadres porque no era importante. Esa es la educación política partidaria que tuve de niña - el secreto y la desidia. Escribo esto sin echarles culpa de nada, sus decisiones son a la vez parte de un entramado más complejo. Tiene algo que ver con ser del interior, tiene algo que ver con las experiencias de sus xadres, con las propias y de seguro tiene algo que ver con la dictadura. Elles quizás no lo ven así, pero así es. O así era.
Estos últimos años que mis ideas políticas se sienten más claras y definidas, que de alguna forma u otra me interesé e informé un poco más sobre política partidaria, a veces se hace un poco difícil compartir y convivir con toda mi familia. Que no se malentienda, nunca una diferencia política de estos tenores me alejará de mis seres querides o disminuirá mi amor hacia elles, principalmente porque más allá de todo celebro las diferencias y nos considero personas de buen corazón, subjetivamente claro. A lo que voy es que a veces es difícil hablar o pensar en términos de política partidaria, principalmente porque siempre siento que me falta información. Más allá de que la socialización de género pega fuerte, yo siento la presión de la sociedad hiperracional que nos lleva a tener que saber todo, tener todas las respuestas, una sociedad en que la religión es el saber y la ignorancia es pecado. Si no sabés no hablés. Pero algo habré crecido en estos años, porque cada día siento que le voy perdiendo el miedo a mostrarme y saberme ignorante. Como toda vulnerabilidad, me asusta, pero me invito a mirarlo desde otra perspectiva y descubro que la ignorancia enciende la curiosidad y ahí está la virtud de la cosa.
Me fui de tema. A lo que iba más o menos es que miro las historias de todes manifestándose y yendo a votar, y me llena de una envidia de la linda. Feliz y orgullosa de que en mi país votar sea obligatorio*, feliz de que aunque no nos interese, al menos tengamos que hacer el esfuerzo de ir. Se que suena absurdo, pero habla de la importancia del tener que elegir y decidir lo que creemos que es mejor para nosotres, pero en especial para toda la comunidad.
Disfruten sus mates, el solcito, los asados y tener la posibilidad de poner esas papeletas en el sobre.
Voten bien🤟
* recordatorio: tengo que escribirle al consulado
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