Apagar la humanidad
¿Qué se hace? ¿Se vacía todo? ¿Se cierra? ¿Se hace espacio para solo "cosas buenas"? ¿Qué se hace? Le duele la frente y la mirada se le cierra. No le entran sentimientos adentro. Es la pared antibalas, la pared que ha ido construyendo con el tiempo. Muchas veces piensa en apagar la humanidad, esta cosa que podían hacer los vampiros en The Vampire Diaries. No es una cosa de vampiros, seguramente la autora se inspiró en esta habilidad que tienen los humanos para apagar las emociones. A veces hay que hacerse piedra para aguantar tanta tristeza, a veces hay que ser muy poco humano para hacer cosas así. Fue del otro lado del pasillo. Lo piensa y se le estruja el pecho. Pero no llora. No caen lágrimas. Mira a la pared, pero en realidad se mira adentro.
A veces pausa para mirar a quién le agarra la mano, está en la misma situación de mirarse dentro, aunque tiene la suerte de dejarse llevar por los pequeños impulsos de rabia e incomprensión.
- Las cosas pasan, más cerca. - Ella piensa en la guerra. La poca humanidad. ¿Cómo pueden suceder estas cosas? Entiende que la humanidad también es una mierda. ¿Por qué piensa en la guerra? Qué lejana que queda, pero qué cerca son las injusticias. Ahora sí, empieza a llorar y los mocos se le pegan a las narinas y a los labios. Burbujas de mocos. Llantos que le sacan los catarros. Llantos que hacen tanto ruido que despiertan los lados del cerebro que ella decidió callar, que activan sus pulmones. Que hacen que su corazón empiece a cantar en pequeños chiflidos. Llora y sus mocos caen por su cuerpo, al suelo. Caen como ella cae y se hace un bollo en el piso. Y llora por horas. Explota del llanto en millones de chispas que terminan en el vidrio y que la noche se encargará de congelar.
Congelada. Por fuera está congelada y se mantendrá así, hasta que el agua tibia la encuentre y se anime a derretirse. Piensa en quién le agarra la mano y que quizás él también esté sintiendo el hielo al que está sometiendo su cuerpo. Hielo peligroso y resbaloso. Pero ella no sabe, no se fuerza porque realmente no sabe cómo habitarse.
Mira una vez más fuera de sí y descubre que el mundo no le pertenece, que ella forma parte, pero ¿qué es todo esto? Ve la belleza en la vela encendida delante de ella, es que la luz siempre brilla en las tinieblas. Se lo repite, lo sabe. La luz brilla en las tinieblas, así como hay aún cosas bellas que la rodean. Siente el calor en la mano que la acompaña y la noción de la belleza que es faro día a día le vuelve a pertenecer por un segundo. Está bien que sea así, cortito. Mañana quizás será más. Quizás no. Y está bien.
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