Pegajoso

Mira sus anillos nuevos y se siente cool. No está muy segura de que se siga usando el término cool para describir su estado o el sentimiento que este le genera, es sabido que sólo podemos describir las cosas con los conceptos que tenemos y ella tiene cool, así que dejémosla sentirse cool. Top. Fachera. Un poco vacía. Rabiosa por la humedad. Siente como se pega a su cuerpo y espera poder moverse para escapar. Sabe que si se mueve, todo el líquido que la recorre, se termina de escurrir convirtiéndose en agua y arruinando sus anillos nuevos. No resisten al agua ni al sudor, son casi como los ringpop que se ponía para jugar con sus amigas. Qué cool eran los ringpop.

Por la ventana una calle está mojada, pero no de lluvia, no. La calle está mojada por la puta humedad. Para explicar mejor, hoy es de esos días en los que todo se pega al cuerpo por el simple hecho existir. Que ganas de tomar agua con gas. En fin. Hace frío también. Es un día frío de humedad en el cual no podemos por ninguna razón ponernos lana. Diu la lana. Diu salir e ir a buscar agua con gas. Diu sentarse y escribir. Diu existir. 

Una vecina habla gritando a una videollamada mientras realiza acrobacias casi imposibles en su balcón al intentar abrir su silla playera con el mate bajo el brazo y el telefono que la tiene que seguir enfocando. Luego de unos minutos, la vieja lo logra y se siente como una pequeña victoria vicinal. Grande. Su vecina logra cosas pero ella no logra nada. Últimamente su mente funciona así, colega mentalmente pequeñas frases para tirarse mierda. Que lindo día - ojalá yo fuera linda un día. Pah, que bajón - El bajón soy yo que no sirvo para nada. Qué ricos estos tomates, son de tu huerta? - Ojalá fuera rica, o que algún banana me dijera qué rica estás. Por qué me borre Tinder? Y así y así. Incapaz de ver las cosas buenas que le pasan. Son momentos, se dice. Aunque piensa en su tía y una vez más el miedo le pega la remera a la espalda. 

Unos años atrás su tía era una tipa enérgica, alegre. De esas personas que con su simple existir son de inspiración para todo aquel que la rodea. Inspiración del hacer, del crear. Estaba continuamente buscando nuevos proyectos, pintando las paredes de su casa, yendo a clases de bajo y comprando bitcoins. A veces ella se preguntaba ¿qué haría la tía Lily en este caso? Y eso la movía a tomar las decisiones correctas, o al menos las más venturosas y divertidas. Pero después del COVID, la tía Lily entró en una depresión de la que hasta hoy no ha podido salir. Lo peor era intentar verla intentar. Porque ella de verdad intentaba, pero no había chances. Ella a veces la invitaba a merendar, que básicamente era llevar bizcochos a su casa y tomar unos mates casi en silencio, pero al menos hacían algo juntas.

Sigue mirando a su vecina que aún no termina la videollamada con su hermana. El drama de hoy se basa en que, al parecer, su hijo se había conseguido una nueva novia media (en sus palabras) sueltita, especialmente porque se levantaba las tetas. Qué querrá decir levantarse las tetas para esta mujer? Se las habrá hecho? Usará push ups? Se pondrá prilis como ella hacía cuando tenía doce? No lo sabía. Quizás, en vez de preguntarse qué haría la tía Lily debería preguntarse qué haría la vecina acróbata, que se preocupaba por cosas más mundanas pero que al mismo tiempo no tenía ningún pudor en hacer una videollamada con su hermana a los gritos, a las 5 de la tarde en plena calle de transito liviano. O ser como la hermana de la vecina, que a esta altura sabemos que se llama Maribel, que siempre tiene listos los Ajá, Mirá que cosa, Es que es todo un tema, No no, si si. Quedando así afuera de la discusión pero acompañando a su hermana en el proceso de descargarse. Ser una buena hermana amiga. O quizás debería ser como el hijo de la vecina, que al parecer le chupa un huevo lo que piense su madre, está enamorado de la novia aparentemente terraja y hasta le comunicó a su familia que si la cosa sigue así de bien, se la va a esposar. Seguramente lo haya dicho solo para hacer enojar a su mamá, pero lo bancamos. O quizás mejor sería ser como la novia del hijo de la vecina, que se levantó las tetas y le importó absolutamente nada lo que podía pensar su suegra de ella en el almuerzo familiar. Al final, la idea de tener las tetas levantadas y un futuro marido no estaba nada mal. 

En fin, el hecho era ser alguien que no sea ella. Alguien que no sufra la humedad, alguien que se mire al espejo y no se de asco, alguien que aunque la esté pasando mal se para y va a comprarse un agua con gas bien fría de botella de vidrio. Pero cree que esa no es ella hoy y por un tiempo no lo será. Está bien, es sólo un momento. Y cuando lo dice, vuelve a pasar el aire entre su espalda y su remera.

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