Se largó
Se largó, dijo mi papá y el fondo sonoro comenzó a envolvernos dentro de una cortina suave. La preparación previa a la lluvia en la casa de mis viejes tiene que ver con descolgar la ropa de las cuerdas, ponerlas en sillas y prender la estufa. A su vez poner palos al reparo. Esta tarea es mi favorita, siento como si mi vida por un instante tuviera que ver con la tranquila prisa de mover palos de lugar. Leña. Como si mi vida tuviera algo que ver con la leña. A papá le duele el tobillo y yo soy algo así como su che piba. Hay una melancolía que ronda por el living y que dos por tres te pasa por el pecho, o las cienes. Venir al pueblo tiene siempre una cuota de melancólico. Aunque también hay paz. Mezcla entre melancolía y paz. Recuerdo cuando era niña y se preparaba la lluvia, cualquier tarde de invierno donde todo se ennegrecía, los rugidos se acercaban de a poco y sacábamos del cajón de los medicamentos las velas de apagón (que después fueron velas de cumpleaños, pero esa ya es otra...