Fogón desencontrado
Después del: yo estoy para ir a la playa ahora, quién se suma?, Fortunato estima que ha llegado el momento de despedirse y se levanta de su tronco al lado del fuego. Hacía horas que quería ir a su carpa, pero el FOMO lo había sostenido allí por más tiempo del deseado. Le da un beso a todas las personas de la ronda pero deja para el final a Gracielema; quiere tener tiempo para darle un abrazo largo y despedirse apropiadamente sin que nadie se de cuenta del amor que invade su corazón cada vez que sus pechos se encuentran. Gracielema, por otra parte, mira a Rosualdo, a quién el campamento le queda bárbaro: la sal en el pelo le realza los rulos y la barba de tres días le resalta la mandíbula angulosa, cuadrada y definida, casi como la de Brad Pitt. Ella lo mira pero intentando no mirarlo, buscando hacerse la interesante para conquistarlo con indiferencia, sentándose del lado que el fuego la favorece e ilumina su mejor perfil. Rosualdo, completamente inmerso en sus pensamie...