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Mostrando las entradas de abril, 2024

Ese chirrido

Fui a buscar unas ramitas para prender el fuego, con estas astillas solas no voy a lograr nada. Abrí la puerta de la cocina que habité por tantos años y un sonido de particular familiaridad me trae y me reconforta. Se genera una conversación entre mis neurotransmisores perceptible en la pequeña sonrisa que esbozo cuando el frío impacta en mi cara calentita. Miro hacia arriba, el sol está en un lugar que me parece prehistórico. Todo se ve tan grande, tan majestuoso. El otoño impactó en mi hogar de la infancia, el patio se tiñó de amarillo y las maderas mojadas del rocío intenso nocturno me recuerdan una vez más que lo fílmico está en abrir los ojos.  Muevo las astillas, intento agarrar las de más abajo porque no quiero prender la estufa con palos mojados, agarro unas ramitas. Un pino. Quizás es el pino de navidad que se fue secando. Entro. Otra vez ese sonido. Sonrío sin darme cuenta. Sonido que esperé, sonido que me mantuvo atenta, sonido que me avisó, sonido de bienvenida, sonido ...

Dedicación

Cada semana me pregunto por qué no escribí antes, por qué no hice las cosas que dije que iba a hacer antes. Miro The Bear , every second count. Me siento profundamente inspirada por lo que veo, por lo que percibo, por las cosas que me rodean. Me siento profundamente inspirada incluso de este pedo oloroso que salió de mi ano. Este olor cuenta lo que comí sin tener ganas de comer. La comida, la cocina siendo lugar creativo, refugio y exploración. La cocina siendo creación obligatoria de vitalidad inconsciente. Pienso en mi madre, que no puede evitar decirme: sos buena negrita, te tendrías que dedicar a esto, cuando cocino algo que la deslumbra y lo he pensado. Cuantas veces me habré preguntado si me tengo que dedicar a cosas y pienso en el tiempo. Me pregunto qué significa dedicar:  1. tr. Destinar algo a un fin determinado.  2. tr. Ofrecer a alguien algo, especialmente una obra literaria o artística, como obsequio o muestra de agradecimiento.  3. tr. Consagrar algo al cu...

Noche étnica

La entrada era una puerta de madera vieja. Era una noche fría pero habían un par de personas fumando afuera. Dio una mirada rápida y no lo encontró. Decidió fumar el primer cigarrillo del día, apretó sólo el mentolado y le pidió fuego a unas pibas que estaban charlando contra la pared. Ella había traído, pero quería socializar con alguien como para hacer un pequeño acto de valentía o quizás hacerse alguna pseudo amiga antes de entrar; era la primera vez que aceptaba una cita de Tinder y estaba un poco asustada o nerviosa, o ambas. Convengamos que es difícil aceptar una cita de Tinder siendo piba, siempre existe ese miedo de que la persona del otro lado en verdad sea un violador. Cuando se terminó el pucho, decidió entrar. Era una casona vieja, con un pequeño pasillo en la entrada iluminado con una luz azul. En las paredes colgaban cuadros: uno con una mujer que tenía una flor de loto en sus genitales, otro de un montón de gatos y otro de dos varones besándose. Al final del pasillo habí...

Quién busca, encuentra.

 ¿Dónde están los datitos? Se preguntó Malena mientras investigaba la computadora de su novio. Le iba a regalar un equipo de música usado para su cumpleaños y para no quedar mal, pensaba sumar un par de discos que acompañaran el presente. Pablo, su novio, guardaba una lista de sus discos favoritos en un Excel organizado por categorías y con comentarios al lado, por ejemplo: Este me voló la cabeza o ya se puso hippie.  Malena siempre pensó que él debería de haber estudiado algo tipo contaduría como ella, no era normal que a alguien le fascinaran tanto las planillas de Excel. Pero no, era cocinero. Un cocinero que se las ingeniaba para hacer planillas de todo: de los ingredientes utilizados, de las ideas probadas y descartadas, de las temperaturas necesarias para lograr que las cosas fermenten o leuden, o cuánto tiempo estacionar un risotto dependiendo de qué lleva dentro. Era un poco obsesivo y era un aspecto que Malena encontraba fascinante ya que pasaban horas debatien...