Entradas

VERA

Cartones apilados en la esquina, el recordatorio inmovil y polvoriento de lo que es necesario desechar. No recuerda hace cuánto están ahí, así como tampoco recuerda cuando fue la última vez que alguien vino a visitarla. Su casa era su pequeña guarida y solía manterla limpia para ella misma. Años de vivir con su madre y su abuela le habían enseñado que, no solo las visitas pueden llegar cuando menos las esperás, si no que hay que mantener la casa en condiciones para una misma: la cocina limpia para cocinarse, un living ordenado para generar otras posibilidades y la cama tendida para una sensación de bienestar general continuo. Atravesar la incomodidad como muestra de amor propio para terminar con las necesidades de control satisfechas.  Las cajas personalmente no le molestaban, así que se irían cuando permitiera entrar alguien a su espacio. Tarea dificil. Si se lo preguntaban, le costaba admitirse como una persona sociable más allá de un círculo cercano y de ese círculo, sólo muy po...

En un transcurso

Miró para afuera con un pesar hondo en el cuerpo. Una sensación de desemboque, de cansancio virtual. Las cosas venían pasando tal como las imaginaba. Los trabajos llegaban lentamente y aunque la inestabilidad fuera la constante, llevaba la calma de quién ama lo que hace. Se miró a si misma en el vidrio del auto que la llevaba por la ciudad y vio las ojeras y los pómulos altos acompañar una sonrisa al revés. ¿Qué estaba pasando?  Su amiga iba atrás aparentemente fascinada con un TikTok porque no paraba de reproducirlo sin parar. O quizás estaba viendo muchos videos del mismo trend. No sabía como funcionaba TikTok pero tenía sentido que pudieras ver todas las versiones de un mismo trend juntas y así elegir cuál era que te gustaba más para compartir o ponerle me gustas, algo que ella se negaba a descubrir empíricamente. Miró al chofer que le devolvió la mirada de reojo, la complicidad instantánea. ¿Qué andas amiga? Nada, me colgué mirando boludeces. Boludeces. Me colgué mirando bolud...

Se largó

Se largó, dijo mi papá y el fondo sonoro comenzó a envolvernos dentro de una cortina suave. La preparación previa a la lluvia en la casa de mis viejes tiene que ver con descolgar la ropa de las cuerdas, ponerlas en sillas y prender la estufa. A su vez poner palos al reparo. Esta tarea es mi favorita, siento como si mi vida por un instante tuviera que ver con la tranquila prisa de mover palos de lugar. Leña. Como si mi vida tuviera algo que ver con la leña.  A papá le duele el tobillo y yo soy algo así como su che piba. Hay una melancolía que ronda por el living y que dos por tres te pasa por el pecho, o las cienes. Venir al pueblo tiene siempre una cuota de melancólico. Aunque también hay paz. Mezcla entre melancolía y paz. Recuerdo cuando era niña y se preparaba la lluvia, cualquier tarde de invierno donde todo se ennegrecía, los rugidos se acercaban de a poco y sacábamos del cajón de los medicamentos las velas de apagón (que después fueron velas de cumpleaños, pero esa ya es otra...

Tartas de duraznos

En tu tarta de duraznos encuentro escondidos los duelos, tus posibilidades y el aprendizaje del tiempo estacional Las cosas caen cuando tienen que La espera La paciencia La emoción Lamer el manguito de merengue Jugar a que no soy consciente de que esta dulzura transgeneracional me puede dañar. Pero la dulzura es la mejor parte lo postrero del encuentro la continuación y lo cúlmine Como un beso de despedida que deja nuestras bocas dulces y deseosas Así igual es sorprenderme con el sabor reconocido y las texturas jubilosas cuando menos esperaba que apareciera llegó tu tarta de duraznos

Me encanta esto

De verdad, a veces me pregunto qué pasaría si yo dedicara todo mi tiempo a escribir. ¿Mejoraría? ¿Desarrollaría un estilo? ¿Publicaría algo? ¿Qué sucedería si sólo tuviera una pasión y me abocara a ella? Creo que la pregunta va más por ese lado. Con este post me despido de todos los domingos de escritura. Los agradezco, tanto. Es muy loco saberme como una persona que se compromete consigo misma y que lleva adelante los pequeños grandes proyectos que le mueven el corazón. Acompasarme a mis intereses y ritmos hoy, presionarme hasta donde el deseo me lo exija. A veces, cuando menos tenemos ganas... ah, capaz que es eso. Tengo que escribir-  -  El olor a cebolla y ajo salteados invadieron la pequeña cocina de azulejos azules y se escaparon hacia el living comedor por una puerta mal cerrada. Jimena se encontraba metida dentro de un libro de segunda mano que encontró en una mesa de donaciones, dejá de robarte cosas le decían sus compañeros - está ahí hace dos semanas ¿vos te pensás...

enmedio

Está siendo difícil.  No por falta de cosas escritas, porque me estoy acostumbrando a mi vida ahora.  O me estoy redescubriendo, en la búsqueda constante de quién quiero ser en intención de dejar que el flujo del deseo me defina.  Algo como confiar en lo que tengo ganas de hacer hoy. Como poner esto en el medio. Como hacerme una trenza pequeña perdida en el pelo. Como tocar la guitarra. Como intentar meter mi ropa en el armario. Dejar que el deseo defina el camino. Descubrir que mis decisiones más grandes están construidas de aquellas pequeñas y constantes. Si tengo que decidir, que lo venusino sagitariano me indique los pasos. O los saltos o los vuelos o la ropa. No necesito más nada. Esto me está siendo difícil. Pero qué divertido es bailar.

La naranja y la amarilla

Se cae la luz y sólo nos quedan dos velas, naranja y amarillo matiz. He ido tanto a buscarlas que ya la señora me mira y sabe, entre eso y las p a çoq ui tas tenemos una relación especial. Nos quedamos sin luz. La oscuridad y lo tenuo de la vela nos encuentra mirándonos a lo lejos. Las sombras te marcan y desdibujan esa cara que ya conozco, que creo que se de memoria pero que me sorprende una vez más. Hablas de proyectos, de los miles de proyectos de los cuales querés que yo forme parte, hablás de los millones de pelos de tu gato y de como tus amigas ahora son amigas de tu mamá. Intento disimular la envidia que se me esconde en el interior de mis pómulos, es que a mi también me parece fascinante el vínculo que lograron, nunca tuve ese tipo de relación con tu mamá. Ni con la mía.  Y mientras pienso en cómo me gustaría tomar un té completo en Lion d'Or con tu mamá y con mi mamá, veo a través de estas dos velas que pendulean y tintinean, la naranja y la amarilla, como tu cara a lo lej...